Gilles
Lipovetsky
Gilles Lipovetsky (París, 1944) es un filósofo y sociólogo francés. Es profesor
agregado de filosofía y miembro del Consejo de Análisis de la Sociedad y
consultor de la asociación Progrès du Management. En sus principales obras (en
particular, La
era del vacío) analiza lo que se ha considerado la sociedad posmoderna, con temas
recurrentes como el narcisismo apático, el consumismo, el hiperindividualismo
psicologista, la deserción de los valores tradicionales, la hipermodernidad, la cultura de masas y su
indiferencia, la abolición de lo trágico, el hedonismo instanteneista,
la pérdida de la conciencia histórica y el descrédito del futuro, la moda y lo
efímero, los mass media, el culto al ocio, la cultura como mercancía, el ecologismo como disfraz y pose
social, entre otras. Es profesor de la Universidad de Grenoble.
En una de sus
principales obras (L'ère du vide,
1983), Lipovetsky analiza una sociedad « posmoderna » marcada, según
él, por una separación de la esfera pública, y a la vez una pérdida del sentido
de las grandes instituciones colectivas (sociales y políticas) y una cultura
« abierta » con base en una regulación cool de
las relaciones humanas (tolerancia,hedonismo, personalización de los
procesos de socialización, educación permisiva, liberación sexual, humor). Esta visión de la sociedad plantea un
neoindividualismo de tipo narcisista y, más aún, aquello que
Lipovetsky llama « la segunda revolución individualista ». Toda la
obra de Lipovetsky gira en torno a la evolución y desarrollo del individualismo
actual. Estos análisis se centran en la creación de una nueva categoría de
pensamiento: la de hipermodernidad. La hipermodernidad vendrá acompañada de un
hiperindividualismo y ambos se enfrentarán con la ambigua concepción de la
postmodernidad. La postmodernidad ya no sirve para definir el momento actual de
las sociedades liberales.
Con este término,
Lipovetsky presenta un mundo caracterizado por la invasión de las nuevas
tecnologías y la modificación del concepto de cultura. Vivimos en una sociedad
donde el papel de la imagen se ha convertido en un icono, rodeados de una
pantalla global (ordenadores, teléfonos móviles, televisores,…), una pantalla
que ha roto el discurso narrativo continuado a favor de lo plural e híbrido,
sin forma definida y con total heterogeneidad. Se ha redefinido el concepto de
cultura poniendo el acento en la formación de la misma a través del
capitalismo, del imperio del hiperindividualismo y de la tecnociencia. A lo
largo de sus análisis, Lipovetsky presenta un concepto de cultura del siglo XXI
caracterizado por la cotidianidad en el acceso a las redes informáticas y
sociales de modo inmediato, por el hiperconsumo en busca de la novedad
(neofilia), por los medios de comunicación a la carta y un tecnocapitalismo
global.
En la concepción del
nuevo individualismo (hiper-individualismo) el pensador francés pone el acento
en una de las características más importantes del tiempo hipermodeno: lo
paradójico. El desarrollo de una cultura PSY (incremento del factor
"psicológico"), el acceso democrático al lujo, y el hiper-consumo han
provocado grandes desequilibrios internos en la relación del individuo consigo
mismo.
La economía ocupa uno de
los papeles relevantes que mejor condicionan a la sociedad en la que vivimos.
Existe un nuevo concepto de cultura, la cultura-mundo, que dista mucho del
tradicional enfoque que otrora puso en marcha la Ilustración con la asociación
de este término a los conocimientos humanísticos. La cultura-mundo actual
significa el fin de la heterogeneidad tradicional de la esfera cultural y la
llegada de la universalización de la cultura comercial, conquistando las
esferas de la vida social, los estilos de vida y casi todas las esferas de las
actividades humanas. En esta nueva cultura encontramos nuevos problemas con
repercusiones globales tales como la ecología, la inmigración, la crisis
económica, el terrorismo,… pero al mismo tiempo también tenemos crisis existenciales;
de este modo Lipovetsky argumenta que el mundo se ha vuelto cultura y que a su
vez, la cultura se ha vuelto mundo.
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