martes, 15 de octubre de 2013

Trabajo practico Nº 3
Alumnos:  Jonatan Oviedo, Diego Francia, Gino Minutti, Juan  Díaz.


Los Pueblos Originarios en la actualidad



El mapa de la distribución de los pueblos indígenas de 1973 muestra las actuales comunidades indígenas en el país Argentino. 






En el territorio que actualmente ocupa nuestro país, las comunidades aborígenes desarrollaron diferentes estilos de vida, relacionados principalmente con el espacio geográfico.
Fueron cazadores y recolectores de frutos silvestres: los pampas, querandíes, tehuelches, yamanas y onas. Fueron agricultores los omaguacas, tilcaras, diaguitas, huarpes, comechingones, sanavirones y querandíes.
Muchas de estas comunidades dejaron huellas tales como las ruinas de ciudades, trozos de cerámicas, trabajos en piedra o sugestivas pinturas rupestres (en las rocas). En las distintas regiones de nuestro pais: Noroeste, Litoral y la Patagonia se mantienen vivas antiguas tradiciones, bellas artesanías (tejidos, cerámicas, cesterías), festividades y ritos, que nos ayudan a profundizar en nuestras raíces.


La Región del Noroeste
Existieron cinco culturas indígenas en la región: Diaguitas. Omaguacas (Humahuacas), Atacamas, Chiriguanos y Lule-Vilelas.
La cultura Diaguito-Calchaquí es la más representativa de los antiguos habitantes indígenas del Noroeste Argentino, y conforma la más compleja y numerosa de las poblaciones.
Este grupo esta integrado por tres entidades distintas, que se suelen conocer como: 
Pulares, en el Valle de Salta;Calchaquíes, en los valles de Calchaquí y Yocavil –Salta-, en Tucumán y Catamarca; y Diaguitas, en zonas de La Rioja. Sus componentes eran racialmente andinos. Todas ellas tenían en común la lengua“caca” o “cacán”.
Era una cultura de agricultores sedentarios, poseedores de irrigación artificial, por medio de canales y con andenes de cultivo para sus productos principales: maíz, zapallo y porotos. Fueron criadores de llamas de las cuales emplearon su lana para sus tejidos y también para carga. La recolección fue otra de sus actividades, especialmente de la algarroba y el chañar, que almacenaban en grandes cantidades.
El arte diaguita, dirigido muchas veces a lo religioso, es el más acabado de nuestras culturas indígenas. No solo en cerámica sino también en metalurgia.

La cultura diaguita fue guerrera; hecho demostrado incluso a la llegada de los españoles, cuando les opuso una feroz resistencia, quizá la más fuerte. El instrumental bélico era muy variado y la guerra contra el español asumió las características de un fenómeno integral en el que participo la comunidad entera.

La Región Serrana y de Cuyo
En la zona que conforma las sierras centrales y la región cuyana vivieron los Comechingones y los Sanavirones, los Puelches y Pehuenches.
Los Comechingones habitaban el cordón montañoso compartido por las provincias de Córdoba y San Luis. Formaban pequeños pueblos independientes, regidos por caciques. Se destacan como centros más poblados las áreas de Quilino y Ongamira en el Departamento Ischilín, el valle de Punilla, el valle de Calamuchita, el valle de Río Cuarto y el valle de Río Primero, donde se fundó la ciudad de Córdoba en 1573.
Los Comechingones eran belicosos. Según los relatos de los conquistadores, utilizaban la palabra "comechingón" como grito de guerra que incitaba a matar, y fue a causa de este rasgo tan característico que resultaron bautizados por los españoles como Comechingones.
Vivían en chozas semisubterráneas, construidas sobre pozos al ras del suelo, con pequeñas entradas. Esta forma de vivienda permitía mantener el calor en su interior y servía como protección del viento y la lluvia.

El de los Comechingones es uno de los pueblos aborígenes de mayor riqueza pictográfica de la Argentina. Dejaron grabados y dibujos en el interior de infinidad de grutas y cavernas. Se cuentan más de 1000 obras de arte rupestre de los Comechingones.
Los Sanavirones ocupaban una relativamente grande extensión de territorio sobre el río Dulce que comprendía también toda la depresión de la Mar Chiquita. Etnicamente pertenecían al grupo Amazónico  y al llegar al territorio debieron dominar, rápidamente, a los huárpidos originales (comechingones).
Adoptaron sistemas andinos de cultivos, a los que complementaron con caza, pesca y recolección. Entre las armas utilizadas por los Sanavirones encontramos la macana, que era una especie de garrote triangular con protuberancia en un extremo, también usado como elemento de defensa personal en las guerras indígenas.
Los Sanavirones vivieron en casas muy grandes donde cavían hasta quince soldados con sus respectivos caballos. Se construían con vegetales y cada una albergaba a varias familias.
Las viviendas se reunían en pequeños grupos que se rodeaban de cardones y otras arboledas espinosas que servían de protección. Su extinción tuvo lugar hacia el siglo XVII.
Pehuenches: habitaron el sur de Mendoza y la región cordillerana de Neuquén... Pehuén significa pino y che: gente en lengua araucana, o sea "gente de los pinares"
Puelches de Cuyo: se encontraban al norte de la zona pehuenche y se denominaban Puelches Algarroberos o de Cuyo (hoy Mendoza). Vivían en la zona de pedemonte cordillerano. Fueron bautizados con ese nombre por los Araucanos y su nombre significa "gente del este".
Vivieron en toldos de cueros sostenidos por ramas. Estos toldos se situaban cerca de los bosques para tener a mano los frutos. Su vestimenta era de cuero combinado con plumas, aros de cobre o plata (imitado a los araucanos) y pintura en la cara, brazos y piernas: para indicar duelo, guerra, etc.
Tanto los Pehuenches como los Puelches pertenecían al grupo Huárpido. Los Huarpes constituían la antigua población aborigen de la región. Divididos en tres grandes grupos muy afines entre sí, cada uno con su lengua particular, ocuparon la parte central de los territorios que hoy constituyen las provincias de San Juan, Mendoza y San Luis.

La Región Chaqueña
Conocedores de todos los secretos del monte, grandes jinetes, fueron temibles guerreros; a ellos pertenecieron los Guaycurúes, Matacos y otros.
Con el nombre de Guaycurúes se conoce a una serie de pueblos que desde hace tiempo habitaban las inmensidades del Chaco. Eran un grupo de pueblos indígenas de origen patagónido. Ellos se dividen en: Abipones, Mbayaes, Payaguaes, Mocovíes, Tobas y Pilagaes. De estos grupos actualmente sobreviven los Mocovíes, Tobas y Pilagaes: en Chaco y Formosa
Deben ser considerados fundamentalmente cazadores y recolectores.
os Matacos/Wichis fueron llamados "mataco" por los españoles que en castellano viejo significa 'animal de poca monta... sin importancia'. Wichí en nomenclatura etnográfica significa GENTE. Son del tipo racial patagónido con influencia andina y brasílida. Su economía era básicamente de recolección y de pesca. Vivian en una choza de forma cupular hemisférica hecha de ramas y paja y medían 3 metros de diámetro por 3 de alto. No tenían puertas. Solían comer carne, por lo general mal asada, charqui de pescado, frutas de algarrobo, poroto del monte.
El gran vicio de estas tribus fue el tabaco, secaban las hojas al fuego y luego, desmenuzándolos entre las palmas de las manos, lo fumaban en pipas, que podían ser de madera o de barro cocido.
Los Chiriguanos entraron al Chaco Salteño a mediados de 1500, superponiéndose a los pueblos de origen andino que ocupaban el territorio. Llegaron a la zona con el conquistador portugués Alejo García. Los chiriguanos, de origen brasílido, adoptaron las culturas andinas, más fuertes y sofisticadas.
Su organización económica se basó principalmente en la agricultura, y cultivaron el maíz, porotos, calabazas, mandioca dulce, sorgo, melones y algunas frutas. Para ahuyentar los loros de las sementeras ponían sobre estacas las máscaras de carnaval que deshechaban después de las fiestas. Para almacenar las cosechas, construían graneros sobre pilotes.
La Región del Litoral y Mesopotamia
Guayaquíes, Guaraníes, Charrúas y otros, pertenecen a la familia lingüistica Tupí-Guaraní, y abarcó gran parte Zona Litoral y Mesopotamia de América del Sur. Ocuparon desde el río Amazonas hasta el río de la Plata. Es una de las pocas culturas que logró mantener su idioma, el guaraní, hasta nuestros días.
Los guaraníes: pertenecientes a la raza amazónica. se dedicaron mayormente al cultivo de la tierra. la caza, la pesca y recolección fueron secundarias. cultivaron la madioca, zapallos, batata y maíz. En el Delta, debido a la humedad del clima, sustituyeron el cultivo  por el maíz. aunque trabajaron la tierra, nunca desarrollaron técnicas avanzadas por lo que se los denomina agricultores incipientes. acostumbrados al cola yuta: sin vestidos. las mujeres usaron taparrabos llamados tangas. al ser sedentarios podían construir grandes casas comunitarias hechas con troncos y hojas y en ella habitaban varias familias relacionadas. Eran monoteístas y su dios fue Tuba  creador de todo lo existente. también fueron animistas, o sea que el mundo de los vivos estaba rodeado por espíritus buenos y humanos que aparecían bajo formas humanas o animales. 
Los Charrúas: tuvieron 2 momentos claves: hasta la primera mitad del siglo XVII y desde allí hasta mediados del Siglo XIX, época en que desaparecieron. la diferencia entre ambos momentos fue el dominio del caballo, como instrumento de transporte, caza y guerra. Usaban mantos de piel denominados quillangos (quiyapi)para el invierno . en verano usaron un delantal de cuero o algodón. Como ornamento, usaron un tabique en la nariz y tatuaje. 
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Los Caingang; fueron principalmente recolectores y uno de sus más preciados productos fueron los piñones de coníferas. Con los piñones fabricaron bebidas alcohólicas.
Usando el arco, flechas y lanzas cazaron venados, chanchos del monte, ñandúes y cuises. Los arcos eran muy largos, a veces más de 2 metros, las cuerdas se hacían con fibra de ortiga, y las puntas eran de madera o hueso.
Andaban desnudos y su vivienda era el paravientos, que no era otra
cosa que paredes hechas con vegetales trenzados y puestas al lado que soplaba el viento,
Entre las poblaciones guaraníes de la Argentina podemos diferenciar varios grupos: Chandules, que ocupaban las islas del Delta del Paraná más orientales y meridionales; el grupo del Carcarañá, asentados en las islas de la desembocadura del río homónimo; el grupo de Santa Ana, ubicado al norte de la provincia de Corrientes; Cainguás, que se encontraban contiguos a los anteriores; y los Chiriguanos, que se ubicaban mayormente en territorio boliviano. Si bien el territorio que los guaraníes ocuparon en la actual Argentina fue reducido, su influencia sobre las demás poblaciones indígenas y sobre la población hispana fue importante.
La Región Pampeana
En un principio deambulaban por esta región los antiguos Pampas, compuestos por los querandíes junto a los taluhet, que habitaban la pampa húmeda y los diuihet que poblaron la pampa seca.
 Querandíes.
Estos "naturales de la tierra", tal como se referían a ellos los españoles, ocuparon un área que va desde el sur de Santa Fe, por el norte, hasta el pié de las Sierras Grandes, hacia el oeste y toda el área norte de la Provincia. De Buenos Aires hasta el Río Salado por el sur.
Eran, al decir de los cronistas, gente robusta y de tez morena, vivían formando grupos organizados y obedecían a jefes y caciques. Eran cazadores y pescadores nómades que viajaban cuando la temporada de caza era favorable. Desarrollaron armas especializadas como las "boleadoras". El pescado, el huemul (un tipo de venado), las raíces, los frutos y las langostas constituían su dieta básica. La vivienda de los Pampas primitivos es el típico toldo de la llanura que persiste en siglos posteriores.
También habitaron los Pampas cheche-hei desde las sierras del sur de la Provincia hasta la desembocadura de los ríos Negro y Colorado, pero se extinguieron completamente a mediados del siglo XVIII, como consecuencia de la invasión de las tribus araucanas procedentes de Chile.
Era un subgrupo de los Puelche, Guenaken del norte de la Patagonia. La economía se también se basaba en la caza, especialmente de caballos cimarrones, hecha con boleadoras y lazo
La Región Patagónica
Distintas razas indígenas habitaron la Patagonia miles de años antes de que llegaran los españoles. Su cultura no era adelantada, por lo cual hoy sólo quedan leves vestigios de esas poblaciones (depósitos funerarios, cuevas, escrituras rupestres, lugares de labores de piedras o conchillas).
Patagones del Norte (meseta patagónica)
La zona fue un área de transición de dos razas indígenas muy diferentes entre sí. Una provenía de la zona pampeana y la otra de la zona andina del Pacífico: los Tehuelches -gente bravía- compuestos por los guenaken al norte patagónico y los aóniken en el sur y los Mapuches.
Los tehuelches habitaron desde el rio de colorado hasta los canales Magallánicos, divididos en varios grupos. Hablaban la lengua del grupo Ken, eran de vida nómade, cazadores de guanacos y avestruces. Poseían un físico desarrollado lo que les valió que los llamaran Patagones,. Median seis pies y diez pulgadas de promedio; tenían la cabeza angosta y la cara alargada.
Los Mapuches eran bajos y robustos, de cabeza ancha y corta y cara redonda, siendo superior su nivel cultural al ser de costumbres sedentarias. Eran cazadores y agricultores, con conocimientos de tejidos y alfarería.
Los Mapuches (nombre que significa gente de la tierra) habitaban originariamente en territorio chileno. En el siglo XVIII, empujados por los invasores españoles, aprendieron a montar a caballo y se trasladaron a otras tierras. Entraron así en la Patagonia argentina, lo que marcó el comienzo de la agonía de los Tehuelches. Ocuparon el norte de la Patagonia y el sur de la llanura pampeana, se mezclaron con los tehuelches y los pampas y, dado que eran más evolucionados culturalmente y mucho más belicosos, les impusieron sus costumbres y su lengua, y terminaron por avasallarlos.
Patacones del Sur (Tierra del Fuego).
En Tierra del Fuego habitaban losSelk'nam, más conocidos como Onas, también pertenecientes a la raza de los Tehuelches o Pámpidas. Se destacaron como cazadores de guanacos, lo que constituía la base de su economía.
La pintura corporal era uno de sus rasgos culturales más importantes, como así también la iniciación de sus jóvenes varones mediante el llamado Rito del Hain.
No tenían jefes o caciques, solamente una elite integrada por "chamanes", sabios y profetas que gozaban de privilegios y reconocimiento social, inspirados en el temor a sus poderes sobrenaturales. No poseían religión estructurada y temían la muerte por brujería.
En las costas e islas de los canales fueguinos vivían los Yámanas y los Alacaluf. Estos pueblos presentaban semejanzas entre si, tanto en sus características físicas como en sus pautas culturales excepto en el aspecto lingüístico.
Los yámanas fueron el pueblo más austral del mundo. Yámana, era el término que en su lengua significaba hombre, individuo, ser humano. El término Yahgan o Yagan fue dado por el Reverendo Thomas Bridges a los Yámanas que habitaban en la zona central del Canal Beagle, cercano al Canal que ellos llamaban Yagashaga (hoy Canal Murray)
 Las tribus más antiguas de la isla eran los Haumash o Manekent, eran nómades y cazadores de guanacos emparentados tanto racial como culturalmente con los Tehuelches de Patagonia continental y los Onas, empujados hacia la punta este de las isla, en el extremo sudoriental, desde el cabo San pablo hasta bahía Sloggett, por los Onas y los Yahganes. Eran llamados Haush por los Onas o Italam-Ona u Ona del este por los Yahganes. Los Haush se llamaban a sí mismos Maírekentkn.

 Aportes a la actual cultura: 

A través del paso del tiempo las culturas indígenas de la Argentina fueron emigrando hacia una adaptación en los campos cedidos por el estado, promoviendo el situado de una comunidad a un espacio, del cual no poseen beneficios, ni son los campos pertenecientes a ellos. Como le paso a la comunidad diaguita, la cual reclama de la siguiente forma tierras de las cuales fueron desalojados: "La comunidad diaguita de Las Pailas, Cachi, continúa reclamando la tierra de la cual fueron desalojados el 17 de diciembre por orden de la jueza Mónica Gabriela Faber."

En nuestro país, históricamente, las comunidades indígenas fueron desplazadas a zonas geográficas marginales, en medio de suelos áridos o de selvas inexpugnables. Hoy sufren una nueva invasión, debido a la expansión de las grandes empresas agrícolas, los proyectos turísticos, la explotación de los recursos mineros, petrolíferos y madereros.
Con el numero de comunidades aborígenes distribuidas en los diferentes espacios geográficos, nos brindan algunos de los aportes culturales de los cuales son muy importantes para que podamos comprender, identificar y apreciar la cultura aborigen en todo sus componentes identificadores. 

LAS COMUNIDADES ABORÍGENES QUE VIVÍAN EN NUESTRO PAÍS HACE MUCHO TIEMPO, TENÍAN COSTUMBRES Y FORMAS DE VIDA DIFERENTES ENTRE SÍ. A LA LLEGADA DE LOS ESPAÑOLES ESTOS PUEBLOS HABÍAN ALCANZADO DISTINTO GRADO DE CULTURA. Esto es lo que permite que hoy en día se perciban los rasgos culturales y legados de estos pueblos en diferentes regiones
ALGUNOS de estos grupos aborígenes  ERAN SEDENTARIOS, de los cuales fueron dejaron un legado sobre la agricultura; métodos que hoy en día se siguen implementando o se percibe un gran conocimiento de las mismas por aportes aborígenes. Al igual que la  agricultura produjeron conocimientos de la ganadería, permitiendo la incorporación de una vida Ganadera en la crianza de animales. Poseían una fuerte capacidad de adaptación hacia las regiones; donde instalaron sus viviendas permanentes. Fueron generación tras generación instaurando ce y readaptándose  a las nuevas exigencias. En muchos de los casos la adaptación o el surgimiento de la aculturación produjo un auge donde se le impuso una religión y un estilo de vida diferente a la que poseían.   
Otros grupos eran nómades;  también perduran rasgos culturales de ellos en la implantación de la caza de animales produciendo un medio de alimento favorable, la pesca fue un factor indispensable del cual aún hoy en día perduras; La recolección de frutos se demuestra en la cultura nómades las cuales fueron produciendo un conocimiento de las mismas, favoreciendo la mejor utilización de los frutos hoy en día. Ademas dejaron aportes hacia la construcción de viviendas en diferentes lugares, lo cual se presenta hoy en día con el cambio o desalojo de las tierras de algunos grupos aborígenes.  
No solamente estos son los rasgos de estas culturas, sino que también las celebraciones de los mismos son importantes para enriquecer cualquier espíritu, producen fiesta de festejos de las cuales participan personas ampliamente abiertas al conocimiento de la rica cultura aborigen. Una de las fiestas que aún perdura y denota la tradición indigena."Diversas comunidades aborígenes celebran  el Inti Raymi o Fiesta del Sol, tanto en la capital jujeña como en la zona de la Quebrada de Humahuaca y en la Puna.
En esta ciudad, los integrantes de la organización barrial Tupac Amaru esperarán la salida del sol en barrio Alto Comedero, donde levantaron una réplica del templo de Calasasaya, con la puerta del Sol y la puerta de la Luna, erigido en Tiwanaku (Bolivia).
Durante los actos se realizarán homenajes al Sol pidiéndole ayuda para la próxima siembra y cosecha y las futuras pariciones de cabras, ovejas, llamas, vicuñas y guanacos.
Los Indígenas son nuestro pasado, presente y futuro, algo de cuál no podremos renegar nunca, ni aunque queramos porque son parte de nosotros, de cada uno por separado. Son nuestra “reserva de cultura”, de cuál Abya Yala (denominación indígena, al referirse a Amerindia o a América Latina, significa Tierra Madura o en Crecimiento) no se queda atrás y nadie se puede quedar afuera. “Los pueblos indígenas son escuderos de la diversidad biológica de la Tierra y sus diferentes culturas y lenguas son los pilares de diversidad cultural de la de la humanidad (Montreal, 9 de Agosto de 2006)” y esto último esta más que claro, son los herederos más grandes de la cultura que antaño les dejaron sus antepasados y que ellos mismos heredaran a sus generaciones futuras. 

Biografía:  

Pueblos originarios: 










lunes, 14 de octubre de 2013

“EL MAÍZ Y LA PALABRA” 



América y su historia atravesada por el cultivo

INTRUDUCCIÓN:

En la civilización maya existen ceremonias que más allá de la sencillez  de su ritual cobran efecto en cuanto a su trascendencia.
Quizá debido a esa fuerte raigambre que otorga entidad a la tierra y la equipara al ser colocándola a su par, el cultivo del MAÍZ no sólo se elevó al rango de divinidad en la época prehispánica sino que continúa adjudicándole forma humana aún en nuestros tiempos. 
Tal vez por ese amor a la madre tierra, también se ama y venera a la PALABRA como signo de verbo; en efecto, la palabra de la madre o la abuela cual recurrencia a la naturaleza misma -por ser voz de sabiduría y enseñanza- garantiza la perpetuidad en la cadena de la vida.
Así, por ejemplo, sus conocimientos milenarios constituyeron desde siempre verdaderos canales respecto a la naturaleza en la tarea de ir delimitando los tiempos, augurando el éxito de la cosecha.
Ambos tópicos, MAÍZ y PALABRA, se cruzan y entrecruzan; se evocan y se apoyan el uno y el otro casi de manera escatológica.
A partir de un instrumento fundante en la civilización como es el Popol Vuh, se intentará dar cuerpo a esta idea echando luz sobre su diálogo de entonces pero también sobre su avance y fortalecimientos con el correr del tiempo, plasmada primeramente en los versos contemporáneos de Gabriela Mistral y luego en la impronta kiché de Humberto Ak Ábal, llegando a la actualidad pero evocando el pasado y su imbricación con la naturaleza como tránsito a lo sagrado.


viernes, 11 de octubre de 2013

TP 3. Adrian Plank, Nazarena Nini, Lucrecia Morán, Cecilia Bussini y Marcelo Laurencena.


En esta imagen pusimos 3 conjuntos de fotos.
El primero, son los mapas de como esta distribuido el folklore en nuestro país y sus influencias.
El segundo, refiere a los instumentos tipicos.
El tercero, son dos fotos de diferentes bandas conformadas por inmigrantes.

Pusimos solamente estas fotos, por que de poner fotos de todos, el trabajo quedaría muy extenso.

TP 3. Adrian Plank, Nazarena Nini, Lucrecia Morán, Cecilia Bussini y Marcelo Laurencena.

La música: Investigar la evolución sufrida en las diferentes regiones del país, y el modo en que se fueron integrando los instrumentos musicales y los bailes característicos de los pueblos originarios y de los pueblos inmigrantes.

El mestizaje cultural es también visible en las manifestaciones artísticas y sobre todo en la música. Esta forma de expresión del sí mismo refleja, de manera más evidente, las influencias de varias culturas. Además, examinando el ámbito musical, las influencias de la minoría indígena se hacen más visibles. Aquí los bailes folclóricos típicamente argentinos como “el carnavalito”, “la zamba” o “el gato”, tienen carácter mestizo aunque el elemento español predomina sobre las características nativas. Por otra parte, gracias a la incorporación de grandes corrientes de inmigrantes europeos la música argentina se enriqueció con géneros europeos en su mayoría. También la música más conocida de Argentina, el tango, es una amalgama de varias influencias musicales: bailes de Cádiz, la zarzuela española, el ritmo de polca, el alma criolla, la habanera y la versión cubana de contradanza. Y entre los géneros musicales más influenciados por la corriente europea se encuentra el rock argentino: una mezcla del rock clásico con letra en español y elementos del “ser argentino”.

El Folklore

La palabra folklore fue propuesta por Williams Jons Thoms en su ya famosa carta a la revista The Athenaeum de Londres, que la publicó el 22 de agosto de 1846.
Con el nuevo término Thoms procuraba sustituir ambiguas expresiones, como “antigüedades” o “literatura popular”, entonces en uso para designar concretamente el saber tradicional del pueblo.
Etimológicamente, la palabra anglosajona, Folk significa “pueblo”, “gente” y el termino lore, del mismo origen, “saber”. De allí surge el concepto de la palabra: “Es el saber tradicional de las clases populares de las naciones civilizadas”. El término se ha castellanizado, por lo que debe pronunciarse como se escribe y no “folklor”, como suena en ingles.
El saber tradicional de las clases populares involucra los usos, costumbres, creencias, supersticiones, coplas, refranes, fiestas, ceremonias, música, danza, poesía, artesanías, medios de transporte, viviendas, vestimenta, leyendas, de un pueblo.
El desarrollo de la música folklórica argentina es fruto de una heterogénea urdimbre cultural donde se combinan el elemento indígena y la cultura de conquista, incorporada gradualmente a lo largo de casi tres siglos en un proceso de aculturación que se realiza desde la elite urbana hacia las clases campesinas y se conforman combinando tres aspectos: la música, la poesía y las danzas.
La música culta que llega desde Europa, adaptada por maestros, brillo en salones porteños y provincianos. Las clases populares, que n todo tiempo imitaron a las altas, la hicieron suya adaptándola al nuevo medio de acuerdo con sus preferencias. De este modo recrearon las piezas y le otorgaron funcionalidad, las transmitieron empíricamente y a medida que estas se colectivizaban se fueron haciendo anónimas, es decir que cumplieron un proceso de fusión.
Se estableció así un frecuente mecanismo de vaivén, de ascenso y descenso de formas musicales a través de los diferentes estratos sociales. Los sectores populares no tan afectos a cambios, tendieron a mantenerlas  y transmitieron  a sucesivas generaciones, permitiéndoles adquirir el carácter de regionales. Ello no indica carencia de capacidad creadora. Con elementos conocidos, el pueblo combino y elaboró nuevas especies sin abandonar las anteriores, lo que explica el elevado número de danzas de campaña dentro del repertorio.
Todo este intrincado proceso de búsqueda afanosa de una inspiración nacional desembocaría en el aporte de todos los sectores, en la conformación de un patrimonio musical, poético y coreográfico autentico.

  
1: Noroeste
La producción musical del extremo noroeste se encuentra influida por la música incaica. Se cultiva en Jujuy, especialmente en la Quebrada de Humahuaca, y en pare de Salta. Puede ser muy melancólica y triste, como en el caso de las    bagualas o yaravís, o bien alegre como el carnavalito o el bailecito. Se ejecuta con instrumentos indígenas como la quena, el charango, el sikus y se acompaña con caja y bombo.
Las danzas características de esta zona son el bailecito, el carnavalito, el huayno, el llanto, la cuequita, la danza de las cintas, el pala- pala.
En la zona subnorteña, música y danza son muy alegres. En lo que se refiere a instrumentos se agregan el acordeón la guitarra y el violín.  En cuanto a las danzas, la chacarera, el gato, el tunante, el ecuador, el remedio, el remedio, el sombrerito, la arunguita, el malambo norteño.

2: La zona andina o cuyana.
Tiene un ritmo marcado que le llega desde Chile y las costas peruanas. Transmite una contagiosa alegría, como si estuviera levemente achispada por el generoso vino que en esa región prospera. Es apropiada para ser entonadas con dúos de guitarra o con piano en los salones. No corresponde acompañamiento de bombo, que se reemplaza por golpeteos en la guitarra. Las especies líricas características son la tonada y la canción, mientras que el gato cuyano, el sereno, la cueca cuyana chilena, el gauchito, la refalosa cuyana, la calandria, el pajarillo, la mariquita y el pericón, constituyen las danzas populares propias. Las danzas de salón correspondientes son la sajuriana, el cuándo, la mariquita y el cielito.

3: La música de la zona pampeana
Refleja el espíritu del gaucho. Apropiada para el canto del hombre solitario, cuyas tareas lo mantenía casi siempre alejado de la familia, no admite más instrumentos que la guitarra y no usaba acompañamiento de percusión. Las piezas dan más importancia al contenido de las letras que a la música, que permanece invariable en muchos casos. El hombre de la pampa, con la guitarra como única compañera, le canta a sus cosas queridas: al caballo al rancho, a su perro, etc. Las especies líricas características son el triste, la cifra, el cielito y la milonga.
Las danzas populares correspondientes son los aires, el triunfo de la guardia de San Miguel del Monte, la huella, el palito, la firmeza, el prado, los amores, la patria, el gato con relaciones, gato polkeado, el escondido, el pericón, la refalosa federal y pampeana, el caramba, el remedio pampeano, la mediacaña, el pollito, el cielito de la patria, la chacarera y el malambo sureño. En los salones se bailaban el cielito de la patria, el minué federal, el minué montonero, la gavota, la sajuriana, y desde el romanticismo en adelante el shotis criollo.

4: La música del litoral
Conserva la influencia de sus orígenes guaraníticos y el atractivo ritmo de resabios afro-brasileños. Antiguamente se tocaba con citara, manola, vihuela, rabel, monocordio, espineta, clave, bajo, arpa, y flauta traversa; en la actualidad se recurre al acordeón, el arpa, la guitarra y el piano en los salones.
Como especie lírica de la zona encontramos el triste y como especies coreográficas la polka, el chamame, el valseado, el rasguito doble, la chamarrita, la palomita y el gato correntino además de las danzas generalizadas. Como especies antiguas en desuso figuran la habanera, el shotis, el vals, la mazurca, y la ranchera.

5: la zona central (Córdoba y parte de Santa Fe)
Recibe permanentemente la influencia de sus vecinas provincias. Por lo tanto no posee música propia de características definidas. Allí se baila la jota cordobesa, y por cercanía con Santiago del Estero, la chacarera, el escondido, y el gato; también se practican la calandria y el pajarillo, debido a la influencia cuyana


LAS DANZAS
Carnavalito: Típica danza del carnaval en el noroeste argentino. Tiene raíces musicales del altiplano. Varias parejas van formando rondas y túneles.
Pericón: Es un baile propio de las fechas patrias. La palabra pericón significa bastonero, pues era éste quien dirigía a las parejas en la danza.
Chamamé: Es una mezcla de la polka europea y danzas de los indios guaraníes.
Chacarera: danza picaresca de pareja suelta.
Zamba: danza con pañuelo y melodía romántica, donde el hombre persigue a la mujer tratando de conquistarla.
Cueca: danza típica de la región de cuyo, anteriormente perteneciente a la Capitanía general de Chile. El baile es similar a la zamba.
Malambo: baile masculino con botas, que al golpear en el piso imitan el sonido del galope del caballo. Muchas veces se presenta como una competencia en la que cada gaucho intenta superar al otro con más y mayores figuras durante el baile.

INSTRUMENTOS MUSICALES
La quena es una flauta de caña de cinco agujeros, propia del noroeste argentino.
El erke es una corneta hecha también de caña.

El erkencho es como un clarinete construido con un cuerno de vaca.
El bombo es una especie de tambor grande construido con un tronco de árbol hueco, tapado con cueros de cabra curtidos. Se golpea el cuero con dos palos.
La caja es un bombo más chico que se golpea con un solo palo.
El sikus son cañas de distintos tamaños unidas entre sí que, por su longitud, representan las diferentes notas musicales.
 La guitarra es un instrumento de origen español. El gaucho la adoptó y tiene particular importancia en las payadas de las pulperías, en las largas noches y travesías, en los fogones, etc.
El charango es parecido a la guitarra pero más chico. La caja de resonancia es una caparazón de mulita y tiene por lo general cinco pares de cuerdas.

LOS INMIGRANTES Y SU APORTE
A los inmigrantes les gusta cantar. Cantan en su tierra, en el barco, y cantarán también en la tierra nueva. Vilordo evoca al gringo que canta:
"Sos para el canto, che, gringo/, como para el bofe el gato/ toma una grapa d’Italia/ y descansemos un rato".

En el tango "La Violeta", de Nicolás Olivari, encontramos al inmigrante nostálgico que bebe y canta: "Canzoneta de pago lejano/ que idealiza la sucia taberna/ y que brilla en los ojos del tano/con la perla de algún lagrimón...".

En el poema "Antiguo Almacén A la ciudad de Génova", evoca al italiano Miquelín, quien "Mientras le duraba la plata cantaba,/ cantaba las lejanas canciones milanesas de su tierra/ y hombreaba recuerdos como hombreando cereal.../".

Gustavo Riccio, en el poema "Elogio de los albañiles italianos", asocia el canto con la realidad social de los inmigrantes. Ellos cantan mientras trabajan, pues "en lo alto sienten ellos/ que una canción de Italia se les viene al encuentro" (...) Más líricos que el pájaro son estos que yo elogio:/ el nido que construyen no es para su reposo,/ el lecho que levantan no es para sus retoños.../ ¡Ellos cantan haciendo las casas de los otros!”.

La afición por la música se heredaba en la familia de Julia Zenko: "El abuelo de Julia cantaba en los templos judíos y era actor aficionado. El papá era carnicero y cantante de tangos. Ella jugaba a ser cantante desde que aprendió a hablar (...) ‘Yo fui criada con muchas músicas en mi cabeza’, reflexiona".
Cantaban los picapedreros en Tandil: "Siempre se cantaba en las canteras: en las fiestas, en las huelgas, en las calles, en las casas, en el trabajo, en la soledad y en la compañía”.
 


Música

Ya en el Martín Fierro, publicado en 1872, aparece un italiano que hace música. Traían desde su tierra la inclinación por este arte. A pesar de la tristeza, "La música y las danzas abundaban en el barco –escribe Scotti. Algunos tocaban el acordeón, otros la flauta, y por encima de la baraúnda, el violín diáfano de Padrazo".
Además de tocar por gusto, algunos hijos de inmigrantes emprendían estudios formales. María Luisa Cuccetti recuerda su iniciación musical: "ya cuando estaba en el primario, una amiga mayor me empezó a enseñar piano", pero su padre, un clarinetista profesional genovés que se había instalado en La Boca, la anotó en el conservatorio: "Ibamos en tranvía, y como era en el centro, me ponían sombrero... ¡Bah, capotita! Los sombreros eran para las señoritas".
Recordemos que también fue un inmigrante, el italiano Luigi Gusberti, quien tuvo una relevante actuación en la actividad musical de la tierra a la que emigró, donde fue "Director de la Banda Sinfónica en la capital de la provincia del Chaco y fundador de las bandas musicales del colegio Don Bosco" . Lo mismo sucedió con Antonino Malvagni -quien fue director de las bandas militares de Tucumán y fundó la Banda Municipal de Buenos Aires y el Conservatorio Alberdi- y con el padre de los Discépolo.
Entre los gallegos emigrantes, la gaita era un instrumento muy difundido. El gaitero Carlos Núñez, de paso por nuestro país, dijo en un reportaje que "los mejores gaiteros no permanecieron en Galicia sino que la mayoría vino a Buenos Aires, muchas veces exiliada". En la Argentina y en Cuba, entraron en contacto con otros ritmos, al punto que "La música gallega se benefició de estas influencias, de estas tradiciones más abiertas".



Algunos descendientes de inmigrantes se dedicaron al tango. No es muy amable la impresión que tenía Carlos Gardel sobre el tango ejecutado por españoles, ya que le dijo a Astor Piazzolla: "Mirá pibe, el ‘fueye’ lo tocás fenómeno, pero al tango lo tocás como un gallego".
"La música klezmer recoge la tradición melódica judía fundiéndola y con el jazz, el tango y el folklore ofrece una propuesta universal. A su vez, la poesía proyecta al plano de la palabra esa universalidad", afirma Santiago Kovadloff .
Amaban la música quienes se establecieron en la Colonia San José, en Entre Ríos. Eran franceses, suizos, alemanes y piamonteses. "No todos tenían gran preparación intelectual –dice Celia Vernaz. Si bien vinieron médicos, bachilleres y gente que tenía escuela y que pudo dedicarse a enseñar, otros solamente sabían trabajar, aunque algo que llama la atención es que la mayoría conocía música y formaban parte de la Banda".
Una banda surge vinculada a una fábrica. "En 1929 –escribe Jorge Iglesias-, empujada por el primer impulso de sustitución de importaciones, nació cerca de Luján la Algodonera Flandria. Ocho años después, su dueño, Julio Steverlynck, fundó lo que para él sería uno de los más fuertes símbolos de su pueblo-industria: una banda de música". Mariela Ceva, historiadora y docente de la Universidad de Luján, dice al periodista que, para don Julio, "La banda era lo que le permitía traspasar las fronteras de la patria chica, cómo él decía. Era la que llevaba, más allá del pueblo, los valores de Flandria. Eran sus abanderados". Décadas después, "la banda musical Rerum Novarum sobrevive a la ex empresa textil de origen belga, que fue ejemplo de pueblo-fábrica".
El Chango Spasiuk es el responsable de Polcas de mi tierra, "relevamiento de un siglo de música traída por los inmigrantes ucranianos". Ese CD –al decir de Gabriel Plaza-, es "un documento folklórico necesario que es memoria viva". En él, "El Chango Spasiuk construye un recorrido musical que recala en el ambiente, las costumbres y el testimonio de los inmigrantes ucranios que un siglo atrás llegaron a Misiones con sus polcas. Esta edición encuentra al acordeonista metido en la historia de sus propios orígenes donde aparecen canciones populares anónimas con una frescura que las mantiene vigentes.

TANGO
El tango es un género musical tradicional de Argentina y Uruguay, nacido de la fusión cultural entre inmigrantes europeos (españoles e italianos, principalmente), descendientes de esclavos africanos, y nativos de la región del Río de la Plata. Musicalmente suele tener forma binaria (tema y estribillo) o ternaria (dos partes a las que se agrega un trío). En esencia, es una expresión artística de fusión, de naturaleza netamente urbana y raíz suburbana “arrabalero”, que responde al proceso histórico concreto del mestizaje biológico y cultural de la población rioplatense preinmigración y a la inmigración masiva, mayoritariamente europea, que reconstituyó completamente las sociedades rioplatenses, a partir de las últimas décadas del siglo XIX.
Su interpretación puede llevarse a cabo mediante una amplia variedad de formaciones instrumentales, siendo las más características el cuarteto de guitarras, el dúo de guitarra y bandoneón, el trío de bandoneón, piano y contrabajo, así como la orquesta típica o el sexteto.
Muchas de las letras de sus canciones están compuestas basándose en un argot local llamado lunfardo, letras que suelen expresar las tristezas, especialmente «en las cosas del amor», que sienten los hombres y las mujeres de pueblo, circunstancia que lo emparenta en cierto modo con el blues, sin que ello obste al tratamiento de otras temáticas, incluso humorísticas y políticas.
Enrique Santos Discépolo, uno de sus máximos poetas, definió al tango como «un pensamiento triste que se baila».
Se estima que el tango se nutrió de otros estilos musicales como la payada, la milonga campera, el candombe afrorioplatense Uruguay y Buenos Aires, y posteriormente de la habanera cubana. En 1866, un periódico argentino emplea por primera vez el término «tango» (refiriéndose al género musical más identificado con la palabra «tango») para designar la canción La coqueta. En 1876, en Buenos Aires se hizo muy popular un tango-candombe llamado El merenguengué, que se convirtió en éxito en los carnavales afroargentinos que se celebraron en febrero de ese año. Se interpretaba con guitarra, violín y flauta, además de los tambores de candombe afroargentino (llamador y repicador). Se ha planteado seriamente, que haya sido este contexto uno de los fuertes puntos de partida del nacimiento y desarrollo del tango.
La primera partitura de la que existe registro (aunque sin autor) es La canguela (1889) y se encuentra en el Museo de la Partitura de la Ciudad de Rosario. Por otro lado, del primer tango que se tiene registro (con autor registrado) es El entrerriano ―estrenado en 1896 e impreso en 1898― del afroargentino Rosendo Mendizábal.
CUARTETO
El cuarteto es un género de música popular de Córdoba (Argentina), que se caracteriza por un ritmo movido y tropical, que se escucha en toda la Argentina y algunos países sudamericanos. Desde su creación en los años cuarenta fue bailado exclusivamente por la clase trabajadora, y despreciado por la clase media y alta. En los años noventa, el género se volvió más popular en toda Argentina y ya no era escuchado sólo por la clase baja, sino también por un gran sector de la población sin distinción de clases.
El 4 de julio de 2013, el Concejo Deliberante de la Ciudad de Córdoba declaró al cuarteto "Patrimonio Cultural de los Cordobeses". Se considera a Carlitos "La Mona" Jiménez y Rodrigo Bueno como los mayores exponentes de este género.
El cuarteto es un heredero directo de la música que trajeron los inmigrantes italianos y españoles a la Argentina, en especial el pasodoble y la tarantela. Esta música era escuchada en las zonas rurales, donde pequeñas orquestas de cuatro músicos que tocaban piano, acordeón, contrabajo y violín animaban las fiestas. Originalmente se llamaba cuarteto porque estaba conformado por cuatro músicos que ejecutaban los siguientes instrumentos: contrabajo, piano, violín y acordeón. Actualmente, las agrupaciones de cuarteto utilizan cerca de 15 músicos, entre instrumentos de percusión (timbaletas, tambora, congas, güiro y batería) de cuerdas (guitarra eléctrica y bajo), piano, teclado y de viento (trompetas, trombones y a veces saxofones).
A mediados de los años 80 el cuarteto era conocido principalmente en Córdoba, pero en 1988 Carlitos "La Mona" Jiménez (a los 37 años de edad) tocó por primera vez en Buenos Aires, en el Microestadio de Atlanta y con la llegada de Rodrigo Bueno, el cuarteto se hizo muy conocido en Buenos Aires y posteriormente en todo el país
CUMBIA VILLERA
La cumbia villera es una corriente de la cumbia argentina cuyas bandas y cantantes abordan frecuentemente en sus letras temáticas relacionadas al sexo, las drogas, el alcohol y la delincuencia.
El calificativo de villera se refiere (tanto en femenino como en masculino) a los habitantes o a cualquier cosa (en éste caso un estilo de cumbia) que provenga de las villas miseria (denominación que reciben en el país los asentamientos informales conformados en su gran mayoría por viviendas precarias) y también a las personas de clase baja en general, ya que, en sus comienzos, la mayoría del público y los propios músicos de ésta corriente eran habitantes de distintas villas del Gran Buenos Aires. Si bien el calificativo es usado en forma peyorativa por aquellos que pertenecen a otras clases sociales, ha sido apropiado por muchos habitantes de las villas, quienes lo utilizan como distintivo de pertenencia y hasta orgullo, pero sólo cuando es usado por un miembro del mismo grupo social (en forma similar a la expresión inglesa nigger).
La cumbia villera tuvo su origen a fines de la década de 1990 en barrios humildes de la zona norte del Gran Buenos Aires, extendiéndose hacia el resto del país en los siguientes años (aunque Buenos Aires y su área metropolitana siempre se mantuvieron como epicentro del movimiento).
Con la constante migración interna argentina de habitantes del interior del país hacia Buenos Aires y el Gran Buenos Aires, la cumbia fue ganando popularidad en la capital argentina y sus alrededores (en el sur del área metropolitana la cumbia santafesina comenzó a tener buena popularidad desde los años 1970), así como también debido a la migración de población proveniente de Bolivia y Perú hacia todo el país (en esos países la cumbia desde hace tiempo estaba arraigada en amplios segmentos de la población).
En la década de 1990, marcada en el ámbito político por el neoliberalismo conservador del gobierno argentino (encabezado por el presidente Carlos Menem), la situación económica y social fue empeorando poco a poco hasta que en el año 2001 se produjo una grave crisis que sumió a buena parte de la población del país dentro del índice de pobreza. Ya desde mediados de los años 1990 los asentamientos informales llamados villas de emergencia, villas miseria o simplemente villas, formados por población de escasos recursos económicos fueron creciendo de manera notoria en los centros urbanos, así como también se dio un gran aumento de la delincuencia y la violencia callejera.
Desde fines de los años 1980 la cumbia había comenzado a ser el género más consumido en la clase baja argentina, incluso en la capital y sus alrededores, y en los '90 su popularidad siguió aumentando en todos los estratos sociales. Sin embargo, las letras de la cumbia argentina siempre fueron mayormente románticas o referidas a la vida cotidiana, y si bien desde hace tiempo había canciones que abordaban temáticas como el sexo y el consumo de alcohol, no lo hacían utilizando un lenguaje vulgar o explícito. La lírica referida al alcohol y las fiestas se fue dando con mayor asiduidad en la década de 1990, donde tuvo especial injerencia Amar Azul, una de las bandas más exitosas de la época, aunque no habían canciones que llegaran a ser consideradas groseras.
Dentro de su composición musical, la cumbia villera toma algunos sonidos electrónicos de la cumbia sonidera, y el sonido del acordeón de una vertiente de la cumbia colombiana. En Argentina el acordeón diatónico se usa para tocar un género musical folclórico llamado chamamé; en la cumbia, en lugar del diatónico se utiliza el acordeón de teclado y pistones. Las bandas de cumbia peruanas y bolivianas de las décadas de 1970, 1980 y 1990 también fueron influyentes en el origen de la cumbia villera.
El chamamé también tuvo influencia cultural y musical sobre la cumbia villera debido a la migración de población del nordeste argentino (de donde es originario) y Paraguay hacia Buenos Aires y alrededores, donde se relacionó con población proveniente de otras regiones del país y de países cercanos donde la cumbia ya estaba arraigada. En el chamamé hay ejemplos desde mediados del siglo XX de canciones que hablan de conflictos con la policía, borracheras y peleas, aunque la lírica suele ser más poética.  El rap es otro género que influenció fuertemente a la cumbia villera principalmente desde lo cultural, aunque hay bandas que mezclan cumbia con rap. El reggae y el ska son géneros en los que incursionaron bandas de cumbia villera como Damas Gratis, Flor de Piedra, Mala Fama y Los Gedientos del Rock, entre otras, generalmente mezclándolo con cumbia.
Rock Nacional
El rock argentino (aquí en Argentina también llamado "rock nacional"), es una denominación musical muy amplia, aplicada a cualquier variedad de rock and roll, blues rock, jazz rock, pop rock, punk rock, new wave, garage rock, ska punk, rock psicodélico, hard rock y heavy metal, entre otros estilos musicales.
Argentina fue el primer país del ámbito iberoamericano que después del anglo-sajón (Estados Unidos, Gran Bretaña y Australia, sus lugares de origen), que combinó los diversos géneros derivados del rock and roll con elementos autóctonos, desarrollando así un rock de identidad propia, que recibió el nombre de "rock nacional". También fue el primero en utilizar una lengua que no fuera el inglés para comunicar y describir temáticas afines a su idiosincrasia y abundantes referencias a la geografía local, convirtiéndose así en precursor del rock en habla hispana y el que logró inicialmente mayor éxito comercial fuera de sus fronteras.
El rock en Argentina comenzó a interpretarse en la segunda mitad de los años 60. En esta época comenzó a formarse un género musical que fue denominado primero "Beat", más tarde "música progresiva" y finalmente "rock nacional", cuando varios grupos underground empezaron a componer canciones en español sobre asuntos que preocupaban a los jóvenes de ese momento. Desde fines de los años 50, los grupos locales se dedicaban a cantar en español y en inglés canciones de rock and roll, originales o covers de éxitos internacionales, sin conferirles identidad musical propia. Pero a partir de la mitad de la década del 60, el rock argentino inició una evolución constante que durante las décadas de 1970 y 1980, y especialmente tras la Guerra de las Malvinas, cristalizó en un movimiento de características estéticas bien definidas y reconocimiento internacional.
Tendencias actuales
Las últimas décadas han mostrado una confluencia de la música popular argentina, tanto de las corrientes provenientes del folklore, como del tango y el rock nacional, con figuras como Soledad, Luciano Pereyra, Los Nocheros, Jorge Rojas, Abel Pintos, Facundo Toro, el Chaqueño Palavecino, Raly Barrionuevo, el Dúo Coplanacu, Luis Salinas, Los Tekis, Los Alonsitos, Amboé, Los Hermanos Pachano, Tamara Moreno, Seba Ibarra, Tonolec, Sentires del Alma, Bruno Arias, la vientista Micaela Chauque, etc. Algunos de ellos integran una corriente que ha dado en llamarse folklore joven.
El 28 de enero de 1997 Mercedes Sosa cerró el Festival de Cosquín incorporando a Charly García, uno de los emblemas del rock argentino. El hecho fue motivo de discusiones entre quienes tienen una versión más pautada del folklore y aquellos que tienen una actitud más abierta a otros géneros. Ambos artistas interpretaron Rezo por vos, Inconsciente colectivo, De mí y la versión rockera de García del Himno nacional argentino y recibieron una ovación, conformando una de las noches históricas del festival.